Sucesos dispersos es un conjunto de relatos y microrrelatos. Aquí todo es ficción, principalmente, o, más bien, multitud de ficciones distintas y a distintos niveles. Pero es cierto que aparecen también uno o dos relatos autobiográficos mezclados entre todo lo demás.
Se dice que en este país cada vez se lee menos. También puede ser que cada vez se escriba menos y con más prisa por acabar el producto: en lugar de teatro, microteatro, en lugar de poemas, micropoemas, y en lugar de relatos microrrelatos… Cosas del tercer milenio. Tal vez sea esta la solución para enfrentarse a la prisa. Ha llegado a la narrativa esa especie de comida rápida llamada “microrrelato”, tan en auge ahora, que puede ayudar a que se lea más (o al menos a que se lea algo). La verdad es que no es un mal invento, porque uno, con solo leer esas dos páginas que sirven para coger el sueño, se acaba leyendo varias historias (una sola sabe a poco), y al menos puede irse a dormir con el alma llena de algo acabado, para no tener sueños fragmentarios. (¿Acabaremos teniendo microsueños?)
Esto ha sido mi intento de contar grandes historias con pocas palabras. Al menos lo he intentado.