Virginia y Óscar se conocieron en el instituto. Virginia era una chica idealista, con ganas de comerse el mundo. Óscar un rebelde sin causa, que necesitaba salvarse a sí mismo. Entre ellos nunca pasó nada, pero siempre hubo algo. Sin embargo, el instituto llegó a su fin y cada uno siguió su camino.
Doce años después, Virginia y Óscar ya no son los mismos. Virginia lleva años viviendo por inercia, atrapada en una vida que no le llena. Óscar es un hombre hecho a sí mismo que parece haberse reconciliado con su pasado.
Un piso bonito en Barcelona. Un gato de color canela. Una terraza en la oscuridad. Dos miradas que se enredan. Y el reencuentro se produce.
Virginia tiene el corazón roto después de una relación que ha restado más que sumado. Óscar aún tiene monstruos contra los que luchar. Ninguno de los dos busca el amor. Pero cuando están juntos, ambos encajan de una manera perfecta.
Porque, después de todo, hay algo que no pueden negar: Juntos son más. Siempre han sido más.