La vida de Álex es justo lo que él ha querido siempre. Vive en Sin Mar, una urbanización tranquila a las afueras de la ciudad, y comparte sus días con su padre, la mujer de este, sus tres hermanas, a las que adora, aunque le vuelvan loco, sus cuñados, sus sobrinos, sus amigos y hasta un perro comunitario. Tiene el trabajo que siempre soñó y tantas mujeres dispuestas a pasar un buen rato como días tiene el año, o casi. No le falta nada. De verdad que no. Todo es perfecto tal y como está… hasta que llega ella. Y arrasa. Y lo vuelve del revés. Y lo descoloca. Y lo enciende, para bien y para mal. Ella, que no busca nada, salvo una vida tranquila. Ella, que lo último que quiere es una relación con alguien como él. Ella, que no corre hacia sus brazos, sino en dirección contraria.
Ella. Solo ella. Siempre ella.
Ella y su maldita sonrisa.