Siempre me ha gustado empezar por el final como quien empieza la casa por el tejado y no se da cuenta de que los cimientos no aguantarán sin alguien que lo sujete. Unas veces soy terremoto, otras la calma del mar.
He cometido muchos errores, pero me da igual. Errar es de humanos o eso dicen los que más saben. No sería nadie en estos momentos si no me hubiera equivocado tantas veces.
He tropezado con piedras de las que me he llegado a enamorar de la dureza y frialdad que desprenden. Soy consciente de que cada una de ellas era más bonita que la anterior.
Sé que soy un blanco fácil para las heridas, que sangro de vez en cuando pero que es importante saberse derrotado para luego saberse libre. Mis cicatrices tienen muchosnombres, algunas todavía se están sanando, me gusta cuidarlas y regarlas porque les crecen flores y huele a primavera.
He quedado vulnerable muchas veces, sin saber el rumbo que tomar porque mis pies no se decidían y cuando lo hacían se enredaban entre ellos y eran el ancla que me mantenían en tierra pero es que a mí siempre me ha gustado más volar. He sido funambulista de todos mis sueños, no siempre lo he conseguido, a veces me he quedado en el camino pero que me quiten lo bailado porque siempre lo he intentado.
Me he desnudado delante del papel y ahí es cuando realmente soy poesía.