Sinopsis de «Las llanuras del tránsito»:
Ayla y Jondalar emprenderán un viaje a caballo hacia su lugar de origen. El curso de su aventura a caballo será a través de grandes llanuras batidas por el viento en la Europa de la Era Glacial, entre inhóspitas barreras de glaciares.
Recorrerán territorios ocupados por tribus de cazadores- recolectores que, por no conocer la domesticación de animales ni los métodos de curación, les consideran seres enigmáticos y temibles.
En su viaje a través del continente aprenderán que el mundo desconocido puede ser difícil y traicionero, pero también profundamente bello y aleccionador. Ambos se acercan cada vez más a ese sitio en la tierra al que todos llaman hogar.
Mi opinión:
Las llanuras del tránsito es la cuarta entrega de la serie Los Hijos de la Tierra, y cómo pasaba con el segundo libro, yo lo definiría como un volumen de transición.
En éste Ayla y Jondalar viven diversas aventuras y experiencias, conocen otros pueblos y culturas… pero no hay una historia principal, el único nexo de unión son ellos y su viaje hacia la tierra natal de Jondalar. Aún así, considero que este libro es imprescindible para entender el siguiente de la saga, no tanto por la historia como por el tipo de relación entre los protagonistas, así como su relación con el mundo que les rodea.
En cualquier caso, pese a no tener una trama central, el viaje que la autora nos ofrece por la Europa cavernaria resulta tremendamente cautivador.
Lo que más me gusta: En este libro tenemos una nueva visión más asentada de Ayla y Jondalar como pareja, afrontando las adversidades que implica el viaje que están realizando. Obviamente hay momentos difíciles, pero resultan realistas, no son situaciones forzadas para sazonar la historia.
Lo que menos me gusta: La relación de Jondalar y Lobo durante la mayor parte del libro. ¡Me da mucha rabia!
Valoración: