Me llamo Guille y salvo almas, almas perdidas. Trabajo como estilista y me apasiona la moda.
Vale, según la gente, soy un fanático que vendería a su madre por una edición limitada de Vogue.
Para qué hablar de amor, ¡con lo que me gusta el sexo! ¿Lo mejor de mi vida? Hacer tratos, la ropa y mi mejor amiga, una abogada a la que le pesa más la tontería que el culo.
Este era yo, hasta que tuve que fingir ser el prometido de una chica en coma…
¿Puede alguien robarte el corazón sin saber ni que existes? Dicen que el amor es ciego, que no obedece a razones y que llega cuando menos te lo esperas, pero yo descubrí que también es sordo, porque no escuchamos, aunque nos avisen cien veces; y mudo, porque nos callamos cosas que podrían cambiar el rumbo de nuestra vida para siempre.