Sinopsis de «Cosas raras que se oyen en las librerías»:
Un caballero pide el tocho más pesado (literalmente) que aflija las estanterías, otro necesita adquirir cincuenta y dos metros de lomos más o menos vistosos y un tercero quiere leer la edición débil de cierta obra.
Una dama sospecha que las novelas de Dickens fueron escritas por su hermana Charlene, otra busca libros de color verde y una tercera pregunta por relatos donde Robin Hood no robe a los ricos.
Demencias como éstas (e incluso más dementes) ocurren a diario en las librerías, esos templos de la inteligencia. El lector hallará aquí una colección de anécdotas pintorescas o definitivamente estrambóticas que le alegrarán la tarde con unas cuantas carcajadas y tal vez socaven la poca fe que aún pudiese tener en la sensatez de la especie humana.
Mi opinión:
¿Queréis que sea sincera? Cosas raras que se oyen en las librerías es una de las mejores compras que he hecho este año.
No he sido capaz de dejar de reír con las situaciones tan absurdas que se relatan aquí. En ocasiones me he reído tanto que he tenido que leer alguna en voz alta para que mi familia entendiera qué me pasaba. Anécdotas breves, de apenas unas pocas líneas, que resumen perfectamente lo hilarante y exasperante que puede resultar el trabajo de cara al público.
Puntos positivos: Las ilustraciones. Algunas de las anécdotas vienen acompañadas de dibujos que os aseguro os arrancarán más de una carcajada.
Puntos negativos: Que se me ha hecho demasiado corto, no puedo sacarle ninguna otra pega.
Valoración:
